Actitudes y hábitos para la
cultura de paz:
APRENDER A SER Y APRENDER A
CONVIVIR
M.Sc. Gonzalo Fernández
Delgadillo
La UNESCO planteó cuatro pilares para la educación
del siglo XXI, estos son: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser
y aprender a convivir, es decir, integralmente lograr que la educación
transforme y eleve la calidad de vida de cada persona y sociedad en base a un
conjunto de actitudes y hábitos creativos que propicien hacer del humano mejor
ser humano. Para lograr esto ¿qué tenemos que hacer?
Mucho sin duda, sin embargo, las huellas de este
caminar deben estar marcadas con la pedagogía del ejemplo y la didáctica de la
acción, esto implica acumular horas practicando los valores, convertirlos en
hábito y reflejarlos en el afecto y la autoestima familiar, en la cultura
ciudadana de respeto a la vida y libertad y en un desarrollo social
sustentable, reflexivo y menos cosificado, en síntesis alcanzar equilibrios
donde la salud y la felicidad sean posibles como una co-construción y no como
una competencia gano-pierdes, tener o no tener.
Algunas acciones a nivel individual y colectivo que
se pueden hacer son:
La familia
Para prevenir la violencia desde la familia es
necesario vivir hábitos de cultura de
paz esto es: escucha activa, diálogo incondicional, convivencia generadora de
autoestima y promotora de sueños y proyectos de vida en los hijos y la pareja,
destacar lo humano y lograr fortalecer vínculos afectivos en base a dedicación
de tiempo, acompañamiento, apoyo.
La escuela
Transversalizar la cultura de paz, una educación
para la vida que integre a maestros, padres - madres de familia y estudiantes
en talleres, conferencias, aulas de convivencia para aprender sobre gestión de
conflictos, mejorar la relación entre padres e hijos, conocer sobre las
características psicológicas y necesidades afectivas de cada edad, hábitos
saludables y actividades de confraternización que posibiliten la cohesión
social.
La universidad
La universidad abierta, inclusiva, intergeneracional
debe comprometerse no solo con el pregrado y posgrado, formación de
profesionales sino con experiencias de aulas abiertas para difundir
investigaciones y experiencias sobre mediación, cultura de paz, convivencia
intercultural. Promover actividades de bienestar y desarrollo humano, ser un
termómetro social de lo que la sociedad educativamente exige y culturalmente
demanda, ahí sociedad y universidad son una, fluyen, se conjuncionan.
Actores públicos y privados
Autoridades e instituciones públicas y privadas en
la que sus líderes promueven proyectos prácticos para la prevención de la
violencia, creando plataformas de servicio, infraestructura material y de
conocimiento con una visión de trabajo a largo plazo
La calle
Seguir el ejemplo de la revolución jigote, sonreí,
cuidá, respetá, son valores humanos, sociales, ciudadanos que engloban a otros
como la solidaridad, ahí la ciudad toma una nueva dinámica de ser una ciudad
que educa y que transforma porque el empoderamiento de espacios y actividades
por la calidad de vida y la paz es de todos.
La persona
Humildemente vivir y dejar vivir, ser agente de
cambio que propone cuida y mejora su entorno, esto se lo logra permanentemente
desde que nacemos hasta que morimos, constancia en la vivencia de valores que
con alegría permitan aportar al mundo soluciones, donde nada de lo humano nos resulte
ajeno y cuya mejor tecnología sea el amor, sentir como propio lo que le pasa al
otro.
¿Cuestión de plata?
NO, cuestión de actitud, valores y mentalidad, la educación es cara, la
ignorancia es mucho más.
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